La crisis política en torno a Siria podría dejar huellas muy profundas y
marcar un antes y un después, como esos terremotos que desplazan el eje
de la tierra. El caso Siria muestra un punto de giro en comparación a
las llamadas primaveras árabes, devenidas en otoño, cuyo propósito
inicial a manos de Estados Unidos fue el reacomodamiento de su hegemonía
en el área, a pesar de las genuinas demandas populares de miles de
personas.
Ahora
son otros los intereses, los actores y las reglas del juego; y el
resultado final podría ser las nuevas pautas de un mundo multipolar y un
nuevo liderazgo. En ese sentido se explica la decisión rusa de enviar
misiles, radares y soldados al país árabe con el objetivo de persuadir
un ataque de occidente, defender sus intereses de seguridad nacional y
prevenir futuras amenazas. Siria es estratégica para el Kremlin por dos
aspectos fundamentales: está cerca de sus fronteras y una agresión en su
contra sería una jugada más en vista al estrangulamiento de Irán, que
en el fondo, es la gran preocupación geoestratégica de Moscú.
Un gobierno pro-estadounidense al frente Damasco daría luz verde a la
instalación de bases militares y completarría el cerco de la OTAN a
Rusia. La estrategia de acorralamiento avanzó en Europa con el polémico
proyecto del escudo antimisil y la incorporación de republicas ex
socialistas o ex soviéticas a la organización, pero debido al tamaño de
Rusia, se debe avanza por los frentes del Medio Oriente y Asia central,
donde Moscú ha ganado terreno con sus inversiones petroleras. La
colocación de armamentos modernos en territorio sirio es una medida
coherente y coordinada al movimiento de misiles y radares en el oeste y
sur del país ordenado por el presidente Dimitri Medvedev, pues el
objetivo final es el mismo: persuadir a Estados Unidos de que hay un
límite y la posible respuesta rusa en caso de transgredirlo.
Cada paso, muy bien calculado, también intenta alejar el peligro sobre
Irán, una potencia cuya influencia regional es una condicionante para el
Kremlin. Rusia es una federación compuesta por muchas repúblicas
multiculturales, algunas de ellas de confesión islámica. Entre Rusia e
Irán hay un colchón de países ex soviéticos, los llamados “TAN” con
estrechos vínculos culturales y religiosos con Teherán; en caso de un
ataque toda el área de Asia Central estallaría en cadena, es decir, en
el área de influencia del gigante euroasiático. Siria e Irán son dos
puntos en la línea estratégica de Washington, la invasión de uno
despejaría el camino al otro, y el Kremlin, con su postura frente a
Siria, intenta evitar el avance occidental.
Estos acontecimientos se enmarcan en un debate muy actual sobre la
supuesta multipolaridad del mundo. Varios analistas aseguran que Estados
Unidos sigue siendo el epicentro del capitalismo mundial y las nuevas
potencias emergentes y Europa, solo tienen la opción de girar a su
alrededor; las diferencias son ínfimas en comparación a la dependencia,
sin embargo, los conflictos en el Medio Oriente, por solo citar un
ejemplo, muestran como la hegemonía de Washington va en detrimento de la
seguridad nacional rusa y china, dos potencias emergentes que exigen
igualar su peso político a su peso económico. En el tablero de la
política mundial se comienzan a mover nuevas fichas y Siria es una de
las tantas expresiones de ese juego.
Oliver muy buen comentario, ahora me gustaría que en otro análisis abordaras el punto de la precencia china en al actual contexto, como ves que pueda afectar esta penetración Norteamericana la seguridad china a través de esta región, y si crees que las alianzas estratégicas entre Rusia y China, puede llegar a ser efectiva en persuadir los interes hegemónicos de EUA-OTAN-israel.
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ResponderEliminarConsidero que lo expuesto en esta tema, esta en el centro de la situación por la cual Rusia debe actuar cor relación a la situación que presenta en mundo árabe, y específicamente Siria, y no permitir que los Estados Unidos como lideres de la OTAN intervengan defendiendo los "derechos humanos" y continúen fortaleciendo su hegemonía en el mundo árabe, para posteriormente eliminar el gobierno de Irán y posibilitar el dominio político y económico, para debilitar al gobierno de Rusia,afianzando ademas el cerco coheteril, y le posibilite imponer su dominio. Rusia no debe permanecer en silencio como y otros ocasiones debiendo imponer su autoridad política y utilizando su derecho internacional.
ResponderEliminarMuy esclarecedor y actual , gracias Oliver, sirve a muchos pare entender lo que pasa en esa zona y el papel que debe jugar Rusia para contrarrestar el poder de la OTAN.,
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