viernes, 23 de diciembre de 2011

¿CUÁNTO DURARÁ LA SONRISA DE MARIANO RAJOY?



Ya el desánimo tocó las puertas a muchos ciudadanos españoles que votaron por el Partido Popular en las últimas elecciones parlamentarias, indignados con el anterior gobierno y esperanzados, hasta hace muy poco, en que el nuevo ejecutivo pondría fin en un periodo corto al drama económico del país. Durante la campaña Rajoy ocultó detalles, pero una vez asegurada la victoria, fue más sincero y echó sobre el pueblo un baño de agua fría… el primero de tantos.

El flamante jefe de gobierno auguró en su discurso ante el Parlamento momento muy difíciles para los españoles. El déficit presupuestario deberá reducirse en 16 mil 500 millones de euros, el equivalente a más de 21 mil millones de dólares; por supuesto, la fórmula será la misma: menos gasto público y mayores impuestos. ¿Podrá ser efectiva esta medida? Muchos lo dudan, las iniciativas cargarán las espaldas de una sociedad con un 23 por ciento de desempleo general y el doble de esta cifra en el caso de los menores de 25 años.

España, al igual que el resto de Europa, posee en el consumo interno una importante base económica y se necesita la confianza de esos consumidores para la recuperación. Si la gente no tiene trabajo o ve el peligro de perderlo, y además deben pagar más impuestos ¿Cómo podría reactivarse ese consumo? Al parecer, se quiere salir de la crisis fiscal haciendo añicos las bases de la propia economía española, si no es así, sería bueno que algún “reconocido” economista neoliberal, miembro o aliado al gobierno, explicara la lógica de estas decisiones.

Los nuevos integrantes del gabinete no parecen impregnarle tampoco buenos augurios a la gestión del gobierno a la hora de responder a las expectativas populares.  El portavoz de Izquierda Unida en el Congreso de los Diputados, Cayo Lara, aseguró ante la prensa que los grandes favorecidos en la composición del nuevo Ejecutivo son los especuladores financieros, entre ellos el nuevo ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, quien, según Lara, ocupó un importante cargo en el fraudulento banco norteamericano Lehman  Brothers, cuya quiebra impulsó la actual crisis financiera global. Los dos países atendido por Montoro en ese institución financiera, España y Portugal, están “casualmente” entre las naciones europeas con un panorama económico más sombrío. Por su parte, el de Economía, Luís de Guindos, es un reconocido neoliberal, y el de Defensa, Pedro Morenés, dio sus pasos en la industria privada armamentista.

Para muchos analistas, Rajoy no tiene concretadas las soluciones a la crisis, y en caso de tenerlas, teme mostrarlas por el miedo a la reacción popular. En su primer discurso ante el Parlamento dio esa impresión; un periodista del derechista periódico El País narraba como el nuevo gobernante hizo uso frecuente de la palabra “depende” en su discurso, no concretó las medidas a tomar y mucho menos como llevarlas a cabo, sin embargo, si ratificó su compromiso a seguir las pautas de la Unión Europa en materia fiscal. Otro mal presagio.

Al parecer España seguirá la línea de los cambios anteriores en Europa. Tras el ascenso antidemocrático de tecnócratas en Grecia e Italia, el anunció de ambos personajes fue más austeridad y recortes. Cuando ganó la derecha en Portugal, la postura del nuevo primer ministro fue apretar la tuerca. Madrid no será la excepción. A los primeros cien días de un mandatario en el poder se le considera una especie de luna de miel con el electorado. En el caso de Mariano Rajoy, es probable que se adelanten los problemas matrimoniales.


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