Este martes concluyó
en la capital uruguaya, Montevideo, la más reciente cumbre del Mercado Común
del Sur (MERCOSUR) un mecanismo económico de integración, pero que no ha estado
al margen de los cambios políticos en el área; quizás la mayor prueba de esa
sintonía fueron los temas principales de la cita: la adhesión de Venezuela como
miembro pleno, la solicitud ecuatoriana de ingreso, y en menor medida, un
Tratado de Libre Comercio con Palestina, un gesto con matices políticos y que
refleja indirectamente la independencia en política exterior adquirida por los
países miembros.
La unión plena de
Venezuela es un asunto pendiente desde 2006, cuando los jefes de Estado de
Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil firmaron el protocolo de adhesión y
posteriormente fue ratificado por los tres de los parlamentos de esas naciones,
con la excepción del Congreso paraguayo. Aquí podemos hacer un primer análisis,
se trata de una maniobra opositora al gobierno del presidente Fernando Lugo,
que expresa en sí misma una forma arcaica de concebir y hacer la política.
América Latina avanza
en la concreción de expresiones de unidad sin tomar en cuenta los matices
ideológicos ¿Qué mecanismo regional de integración moderno, dígase UNASUR o la CELAC , han discriminado los
procesos revolucionarios en Bolivia, Venezuela o Ecuador? La intensión de los
legisladores paraguayos de derecha es obstruir irracionalmente, sin argumentos
de peso, y echar a un lado los enormes beneficios que Venezuela podría
ofrecerle a la institución.
En esa nación
sudamericana están las mayores reservas de petróleo del mundo, las cuales
podrían estar al servicio de los miembros y con ventajas a la hora de invertir
para las empresas petroleras de Brasil y Argentina. Venezuela sería un puente
al mercado caribeño y sus características económicas de potencia media, podría
ayudar a disminuir los desequilibrios al interior del MERCOSUR, con dos grandes
(Argentina y Brasil) por un lado y par de economías de menor desarrollo
(Uruguay y Paraguay). La integración de Caracas es muy beneficiosa y la postura
de la oposición paraguaya carece de visión estratégica, y a la larga, la
tozudez puede costar cara. Además ¿por qué pesan razones políticas en un
mecanismo económico?
¿Sucederá lo mismo
con Ecuador? ¿Se obviarán las enormes ventajas de su ingreso por el carácter
revolucionario de su gobierno? Si Venezuela abre las puertas al Caribe, Ecuador
daría al MERCOSUR salida al Océano Pacífico y a las economías asiáticas como la China , un socio económico
cada vez más importante para América Latina. El gigante asiático garantiza
créditos y mercados para las materias primas del Cono Sur.
Pero además, quizás
lo más importante, el ingreso de ambas naciones ofrece al mecanismo otra
dinámica y una nueva dimensión. Saldría del cuarteto habitual, ganaría en
miembros, alcance económico y en
atractivo. El bloque estaría representado tanto en el G-20 como en la Organización de
Países Exportadores de Petróleo, por solo citar dos ejemplos. El ingreso de
Venezuela y Ecuador podría ser el primer paso para nuevas adhesiones y crearse
desde el seno del MERCOSUR, una institución que consolide económicamente esa
voluntad de unidad presente hoy en los países latinoamericanos.
Es lamentable que los
rezagos, políticos y mentales, hagan más difícil recorrer el camino necesario,
ojalá, como en otras ocasiones, el fracaso sea el futuro inmediato de esas
concepciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario