martes, 6 de diciembre de 2011

UN CHISTE LLAMADO "CAPITALISMO VERDE"


Un importante acontecimiento sucede por estos días en la ciudad sudafricana de Durban. La decimoséptima Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático entra en su última semana y solo tiene cuatro días para limar las grandes diferencias  existentes entre sus miembros y lograr las bases para un acuerdo internacional.

Pero los estira y encoge de la Conferencia, la negativa de Estados Unidos a aceptar un acuerdo vinculante y la poca importancia que algunos Estados prestan al delicado tema, tiene sus bases en los intereses económicos capitalistas y la manipulación constante en torno a las verdaderas consecuencias del sistema.
Desde hace tiempo el Capitalismo destina millones de dólares para pagar a académicos e instituciones, con el objetivo de buscar soluciones a dos de sus grandes problemas; primero, adaptar al sistema a los constantes cambios producidos en la sociedad, y segundo, ocultar con  ridículas teorías los daños ocasionados al planeta por la propia dinámica del modelo económico imperante.
Una de las áreas en las cuales el capitalismo trata de limpiar su imagen a más no poder es en los temas medioambientales; en este sentido vemos casos como el de la tristemente célebre British Petroleum, responsable de la mayor fuga de crudo en el Golfo de México, sin embargo, el logo de la empresa es una de flor de color verde. Al igual que esta transnacional, proceden las grandes empresas en todo el mundo para mostrarse ante la opinión pública como respetuosas con el medio ambiente, cuando en la práctica, es otra la realidad.
Dentro de ese cúmulo de ideas cínicas, aparece el concepto de Capitalismo Verde, una teoría que reconoce el daño ocasionado por el sistema a la naturaleza y lo llama a enfrentar estos problemas a través del mercado. La principal pregunta ante esta propuesta es ¿Cómo es posible? El sistema no ha destruido al medio ambiente por malas políticas aplicadas por los gobierno, sino, porque su propia evolución lo ha llevado a ser destructor crónico del ecosistema. ¿Cómo podría ser compatible el capitalismo con el medio ambiente, cuando se basa en altos patrones de consumo, y por lo tanto, a una sobre explotación de los recursos naturales? ¿Cómo puede ser compatible, cuando la producción industrial está desfasada del ritmo de recuperación de la naturaleza?
Hoy se producen artículos de consumo con una vida útil más limitada para obligar a las personas a sustituirlos con rapidez, y así la venta de las empresas mantenga su ritmo. No se toma en cuenta que el planeta tiene su ciclo propio para la recuperación de determinados recursos renovables. En su etapa actual, con el modelo actual y la infraestructura actual, el capitalismo es crónicamente incompatible con la naturaleza.   
Y así lo muestra la práctica. ¿Por qué es tan difícil que los gobiernos de las grandes potencias logren un acuerdo en materia medioambiental? No se trata solo de mandatarios empecinados, se trata sobre todo, de intereses. Acordar proteger el medioambiente y eliminar las emisiones de gases contaminantes, requiere de una conversión tecnológica demasiado costosa para el sistema, y que los países más pobres no pueden asumir
¿Por qué tantos países tienen que relajar sus legislaciones medioambientales? Porque es una de las forma de atraer la necesaria inversión. ¿Por qué los Estados no pueden implementar leyes sin el visto buenos de las grandes transnacionales? Porque es la lógica neoliberal. Estas y otros tantas preguntas y respuestas demuestran que el llamado Capitalismo Verde, es más deseo que realidad; en el peor de los casos una cínica máscara.

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