martes, 3 de enero de 2012

LA MILLONARIOS SÍ SIENTEN LA CRISIS… EN LA PRENSA, NO EN SUS FACTURAS.


Este lunes dos de enero, Televisión Española dio a conocer una noticia de esas que pasan desapercibidas, pero que resumen en un dato como anda el mundo. La compra de autos en el país ibérico cayó en 2011, pero en el caso de los automóviles de lujo, las ventas aumentaron en un ochenta por ciento.  La noticia es vergonzosa; nos referimos a la nación cuyo nuevo gobierno aplicó un paquete de ajustes para ahorrarse más de 16 mil millones de euros en gastos sociales, el 21 por ciento de los hogares españoles están por debajo del umbral de pobreza y técnicamente la economía del país entrará en recesión en 2012, así lo anunciaron las autoridades oficinales.
¿Por qué es una noticia inmoral? ¿Qué muestra este dato? Los autos de lujos no son artículos comprados por los trabajadores corrientes, sino una demanda de los sectores más pudientes; el aumento en un ochenta por ciento de las ventas demuestra el incremento del poder adquisitivo de los más ricos en medio de una coyuntura económica muy difícil para las mayorías, pero también demuestra la confianza de clase alta en su estatus actual, es decir, no esperan que la austeridad toque sus puertas o se les retiren los privilegios financieros. Uno de los resultados de la crisis es este: los ricos cada vez más ricos, y los pobres cada vez más pobres.
Lamentablemente España no es la excepción, sino la regla en toda Europa y el resto del mundo desarrollado en crisis. En Gran Bretaña, país fuera de la zona euro, el nivel de vida cayó por quinto año consecutivo, mientras los banqueros rebosan de buena salud. Hace pocos días el diario The New York Times mostraba el aumento de las desigualdades en Estados Unidos mediante una comparación entre los ingresos de los congresistas y el resto de la clase media. Según el reportaje, entre 1984 y 2009, el patrimonio de los miembros del Congreso se triplicó, pasando de 280 mil dólares a 725 mil, sin incluir los bienes raíces. Recordemos el 2009, cuando en el país norteño el número de millonarios creció en un 16 por ciento, mientras miles de norteamericanos perdían sus hogares.
Hace pocos meses, uno de los hombres más ricos del planeta escandalizó al mundo con un artículo de su autoría titulado “Dejen de mimar a los súper ricos”. Warren Buffet denunciaba como a su enorme fortuna solo se le había gravado el 17 por ciento, cuando los 20 trabajadores de su oficina pagan impuestos del 33 al 41 por ciento de su patrimonio. El título del artículo puede leerse en las pancartas del movimiento Ocupa Wall Street. ¿El mundo está al revés con los ricos pidiendo más impuestos? Por supuesto que no; la posición de Warren Buffet es una de las pocas excepciones. Si los ricos pagan menos impuestos es porque presionan a los políticos, la mayoría de ellos también millonarios. Justifican estos privilegios alegando que los alivios fiscales a los sectores más ricos aumentarán las inversiones y la creación de empleos… en la práctica otra mentira.
Cuando decimos que la crisis ha mostrado la verdadera cara del capitalismo, nos referimos a estas cifras. Un modelo económico y un sistema con estos resultados son inmorales, más aún, cuando buscan el apoyo popular mostrándose como democráticos y defensores de los derechos de cada uno de los ciudadanos. La crisis no solo es económica, es política y moral. El concepto de Estado, por ejemplo, también ha entrado en crisis de representatividad, pues se ha puesto al servicio de las élites políticas en detrimento de las grandes mayorías; no es verborrea, es una conclusión sustentada en números y datos. Lo peor, según los analistas, son los cambios a la vista, desigualdad económica es desigualdad cultural, educacional, incluso espiritual; los desequilibrios ya no son solos económicos y en algún momento podrán ser insalvables.

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