Este
lunes dos de enero, Televisión Española dio a conocer una noticia de esas que
pasan desapercibidas, pero que resumen en un dato como anda el mundo. La compra
de autos en el país ibérico cayó en 2011, pero en el caso de los automóviles de
lujo, las ventas aumentaron en un ochenta por ciento. La noticia es vergonzosa; nos referimos a la
nación cuyo nuevo gobierno aplicó un paquete de ajustes para ahorrarse más de
16 mil millones de euros en gastos sociales, el 21 por ciento de los hogares españoles
están por debajo del umbral de pobreza y técnicamente la economía del país entrará
en recesión en 2012, así lo anunciaron las autoridades oficinales.
¿Por
qué es una noticia inmoral? ¿Qué muestra este dato? Los autos de lujos no son artículos
comprados por los trabajadores corrientes, sino una demanda de los sectores más
pudientes; el aumento en un ochenta por ciento de las ventas demuestra el
incremento del poder adquisitivo de los más ricos en medio de una coyuntura
económica muy difícil para las mayorías, pero también demuestra la confianza de
clase alta en su estatus actual, es decir, no esperan que la austeridad toque
sus puertas o se les retiren los privilegios financieros. Uno de los resultados
de la crisis es este: los ricos cada vez más ricos, y los pobres cada vez más
pobres.
Lamentablemente
España no es la excepción, sino la regla en toda Europa y el resto del mundo
desarrollado en crisis. En Gran Bretaña, país fuera de la zona euro, el nivel
de vida cayó por quinto año consecutivo, mientras los banqueros rebosan de
buena salud. Hace pocos días el diario The New York Times mostraba el aumento
de las desigualdades en Estados Unidos mediante una comparación entre los
ingresos de los congresistas y el resto de la clase media. Según el reportaje,
entre 1984 y 2009, el patrimonio de los miembros del Congreso se triplicó,
pasando de 280 mil dólares a 725 mil, sin incluir los bienes raíces. Recordemos
el 2009, cuando en el país norteño el número de millonarios creció en un 16 por
ciento, mientras miles de norteamericanos perdían sus hogares.
Hace
pocos meses, uno de los hombres más ricos del planeta escandalizó al mundo con
un artículo de su autoría titulado “Dejen de mimar a los súper ricos”. Warren
Buffet denunciaba como a su enorme fortuna solo se le había gravado el 17 por
ciento, cuando los 20 trabajadores de su oficina pagan impuestos del 33 al 41
por ciento de su patrimonio. El título del artículo puede leerse en las
pancartas del movimiento Ocupa Wall Street. ¿El mundo está al revés con los
ricos pidiendo más impuestos? Por supuesto que no; la posición de Warren Buffet
es una de las pocas excepciones. Si los ricos pagan menos impuestos es porque
presionan a los políticos, la mayoría de ellos también millonarios. Justifican
estos privilegios alegando que los alivios fiscales a los sectores más ricos aumentarán
las inversiones y la creación de empleos… en la práctica otra mentira.
Cuando
decimos que la crisis ha mostrado la verdadera cara del capitalismo, nos
referimos a estas cifras. Un modelo económico y un sistema con estos resultados
son inmorales, más aún, cuando buscan el apoyo popular mostrándose como
democráticos y defensores de los derechos de cada uno de los ciudadanos. La
crisis no solo es económica, es política y moral. El concepto de Estado, por
ejemplo, también ha entrado en crisis de representatividad, pues se ha puesto
al servicio de las élites políticas en detrimento de las grandes mayorías; no
es verborrea, es una conclusión sustentada en números y datos. Lo peor, según
los analistas, son los cambios a la vista, desigualdad económica es desigualdad
cultural, educacional, incluso espiritual; los desequilibrios ya no son solos
económicos y en algún momento podrán ser insalvables.
Tiempos de crisis son tiempos de oportunidades
ResponderEliminar