En el último debate celebrado en el Constitution Hall de Washington,
los aspirantes a la candidatura presidencial republicana hablaron de
política exterior y dedicaron algunas ideas a América Latina. Como era
de esperar, ni una palabra sobre cómo mejorar las relaciones políticas o
fortalecer la cooperación. Nuestra región fue vista solamente como un
peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos, y cada uno de los
candidatos mostró sus métodos para enfrentarlos ¿Cuáles son estas
preocupaciones y peligros latinoamericanos?
Sin caer en especificaciones
se pueden generalizar en: el crimen organizado en México, la supuesta
presencia de Hizbollá en el país azteca, las relaciones entre Irán y
Venezuela, la expansión del socialismo, y emigración ilegal.
Todos los precandidatos mostraron soluciones violentas, incluso, el
gobernador de Texas, Rick Perry, propuso el cierre de la frontera y la
posible entrada de tropas norteamericanas a México. No por gusto fue un
debate de política exterior y seguridad nacional, pues son dos
conceptos indisolubles en Washington. La visión del mundo de la élite
política estadounidense está marcada por la paranoia y la búsqueda
constante de enemigos externos que sirvan para exaltar los valores de la
supuesta “democracia americana”. El debate también mostró la poca
responsabilidad que sienten con los problemas de su entorno, y en las
menciones a América Latina quedó demostrado.
Leyendo las intervenciones de los aspirantes parece ser México el
responsable absoluto de la violencia interna, ninguno se refirió a las
miles de armerías en los miles de kilómetros de la frontera común. Ni
uno de ellos recordó que los muertos los ponen las familias mexicanas y
centroamericanas, mientras los estadounidenses proporcionan las armas
de fuego. Según las estadísticas, a México entran alrededor de 760 MIL
armas y explosivos de diferentes calibres. El gobierno de ese país
latinoamericano aumentó sus gastos en seguridad a seis mil millones de
dólares, sin embargo, con el tráfico de armas, Estados Unidos gana año
tras año más de 17 mil millones de dólares. Entonces ¿Quién es la
víctima y quien el victimario? ¿Quién gana y quien pierde en esta
historia? ¿Conocerán estas cifras los aspirantes republicanos?
En cuanto a la emigración, se obvian las bases económicas. El Tratado
de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá destruyó el
campo mexicano y empujó a miles de campesinos a mendigar en las calles
de las grandes ciudades, las únicas salidas para ellos eran las bandas
armadas y las vallas fronterizas. En vez de proponer agresiones
militares, fuera más sensato y humano ofrecer una cooperación económica
para la creación de empleos, pero no, esa propuesta muestra una visión
pacífica del fenómeno y entonces ya no crearía miedo en la sociedad
norteamericana.
La compleja crisis económica en Estados Unidos ofrece oportunidades de
triunfo al aspirante republicano; por esa razón, es preocupante que
enfoquen de nuestra región como una amenaza y nos relacionen con sus
grandes enemigos en el Medio Oriente. Si la estrategia violenta allí les
da resultados, podrían crear su versión latinoamericana.
PUBLICADO ORIGINALMENTE EN RADIO HABANA CUBA
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