miércoles, 1 de febrero de 2012

EUROPA: DE LA CRISIS ECONÓMICA AL COLONIALISMO POLÍTICO


Una noticia que no es noticia. Es muy probable que muchos medios de comunicación tuvieran redactadas sus notas de antemano, incluyendo los previsibles forcejos de los miembros. Este lunes concluyó la más reciente cumbre de la Unión Europea con la crisis como primer punto en la agenda de los mandatarios. Un detalle… es la decimoséptima en dos años; demasiadas reuniones para discutir y proponer lo da mucho que pensar y despierta poca confianza.
Se aprobó lo esperado, un tratado que obligará a todos los países firmantes a reducir el déficit a un máximo de 0,5 por ciento. Claro… no es un compromiso de palabra, será incluido en las Constituciones de cada uno de los Estados para asegurar que no habrán ovejas descarriadas y deseosas, o mejor dicho, obligadas a romper el acuerdo. Los incumplidores serán sentados en el banquillo de los acusados del Tribunal de la Unión Europa y multados con 0,1 por ciento de su PIB. La impulsora principal de la medida es Alemania.
Ya podemos ir sacando conclusiones. Las medidas serán muy bonitas en el papel, pero en la práctica auguran horror y torturas, sí, porque exigirle a una nación con un déficit cercano al diez por ciento reducirlo a 0,5 es como desangrarlo para luego pedirle correr cien metros a toda velocidad. El macabro método para lograr esta reducción es la austeridad, claro, no la austeridad de los ricos que han comprado como nunca artículos de lujos durante la crisis, sino la austeridad en los gastos sociales en medio de cifras alarmantes de desempleo. Vale recordar una noticia fresca: la Eurozona marcó record de desempleo con 10,4 por ciento de su población económicamente activa.
Lo cínico es que aspiran a un crecimiento económico y la reducción del desempleo a través de las inversiones. Apretarle las tuercas a los trabajadores y desempleados genera inestabilidad política y donde no hay tranquilidad las grandes empresas no invierten; además, para atraer inversiones es necesario contar con un mercado y en Europa está deprimido. ¿Por qué? Porque ese mercado son los trabajadores. En esa región los trabajadores no son solo mano de obra, sino también la base de una economía consumista. La fórmula es simple: si no hay trabajo no hay dinero, si no hay dinero no hay consumo y esto no es un buen terreno para las inversiones. No es una regla exacta, pero si abarcadora.
Hay algo que si dejó bien claro la cumbre. No hay una Europa a dos velocidades, lo existente es una Europa de “mandamás” y “mandamenos”. Alemania pudo imponerse sobre el resto por el peso de su economía, sin embargo, otros quedaron pisoteados. Dos ejemplos. España está obligada este año a rebajar su déficit a 4,4% del PIB, eso supone un recorte de 40 mil millones de euros, que arrastraría al país ibérico a incumplir o a una durísima recesión. El caso más indignarte es Grecia; el plan reservado a la nación helénica es la instauración de un comisario europeo para controlar las finanzas griegas, con la potestad incluso, de vetar las decisiones financieras del Ejecutivo o el Congreso.
Adiós a la soberanía. El caso griego y español me suena a nuevas colonias y gobernadores. Quizás el pasado sea el futuro de Europa, es decir, el regreso a aquellos tiempos en los cuales las naciones vivían subyugándose unas a otras; antes con las armas, ahora con instrumentos políticos y económicos.

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